lunes, 15 de noviembre de 2010

ACTIVANDO LOS 12 HELICES DEL ADN

Activar los 12 helices del ADN, es una ascencion que permite la vibración a nivel celular de las personas que lo apliquen.
Es la conexión con La Rejilla Cósmica, y eso involucra algunas cosas muy específicas respecto al ADN. Lo que se está cambiando no es el pasado físico de lo que hizo un Humano. Más bien, es el pasado emocional – cómo fue constituido el ADN para confrontar las reacciones al pasado. Es una reescritura de su conciencia respecto a su pasado – todo el cual está almacenado en la Rejilla Cristalina como memoria. A medida que ustedes rescriben esa memoria emocional, hacen la limpieza, la purificación del planeta. Eso es lo que está sucediendo ahora. El ADN era más que sólo la doble hélice de bioquímica que podían ver bajo el microscopio, que representa una de las 12 capas que están realmente ahí. Los que les digan que tienen 12 les están dando en 4D una descripción de un acertijo multidimensional. En verdad, sólo hay dos filamentos biológicos. Todo el resto, los diez que no se mencionan y no se describen y no son visibles en 4D, están en capas con los dos que pueden ver. De modo que realmente hay dos filamentos con otros diez aspectos interdimensionales sobre ellos. Así es como llegan a 12. Hay diez que no pueden ver y dos que sí.
El ADN tiene 12 capas de profundidad. Cada capa de ADN tiene dos atributos principales que se equilibran. Por lo tanto, hay 24 atributos en total. A la capa que pueden ver en su realidad la llamaremos número uno (la bioquímica). Aunque es imposible enlistar numéricamente y enumerar cosas interdimensionales, las contaremos aún del 1 al 12 para ayudarlos a comprender.
Mientras los científicos terrestres ven 11 dimensiones en todo, en realidad hay 12. Y solo ven 11 dimensiones porque se olvidaron de contar el cero. El cero no es “nada” y no es “infinito”. Es una fusión que es interdimensional. Cuando comiencen a usar esta fusión en matemática basada en el 12, será la magia que necesiten, y la que los impulsará a las estrellas. Porque en la matemática basada en el 12, el cero es el único número que contiene el potencial de lo que podría ser y lo que ha sido – verdaderamente un número interdimensional. No hay nada en su actual matemática que contenga esa clase de energía. La matemática basada en el doce los ayudará con la física, que está fuera de las 4D. Es el método de computarizar del futuro. Cuando las 12 capas de ADN son vistas interdimensionalmente se reúnen en un cubo que encaja muy bien en la forma geométrica que han identificado como la estrella tetraedro. Están conformadas en un círculo que cabe en una caja, y la caja es la que está en medio de la Merkabah. Esto no tendrá sentido hasta que observen la geometría de la Merkabah en 4D y encuentren la caja en el medio. Cuando decimos la palabra ADN, no sólo es el genoma humano que conocen como la única capa que puede ser vista en sus 4D ACTIVAR LAS 12 HEBRAS EN ESPIRAL O CAPAS DEL ADN ES ACTIVAR LOS 12 CENTROS DE ENERGIA QUE ABREN LAS PUERTAS DIMENSIONALES Y LOS CODIGOS DEL TIEMPO QUE CONTIENE EL CUERPO HUMANO
Buscando información  sobre los 72 nombres de Dios,vi que  figuran los nombres de las 12 capas del ADN, es decir, Kether Etz Chayim (Árbol de la Vida), Torah E´Ser Sphirot (Programación divina o programación de la ley), Netzah Merkava Eliyahu (Ascensión y activación), Urim Ve Tumim (Recipiente de luz), Aleph Etz Adonai (El Árbol del Aleph, el principio del Señorío), Ehyeh Asher Ehyeh (Yo soy el que Yo soy), Kadumah Elohim (Divinidad revelada), Rochev Ba´a ra´vot (Jinetes de la luz), Shekinah Esh (La llama de la expansión), Va-Yik-Ra (La llamada a la divinidad), Hochmah Micha Halelu (La sabiduría del divino femenino), y El Shadai (Dios).
Activar estas 12 Hélices, se penetra en planos de conciencia muy implosionados desde los cuales se accede a informaciones valiosas que permiten a la persona comprender sus propios procesos.
 “Los Nombres sagrados de Dios son un regalo que fue entregado a todos los hombres a través del pueblo hebreo. La vibración que se produce al pronunciarlos en ese idioma en especifico propicia un estado optimo para entrar en estados de conciencia elevados donde podemos incluso recobrar la salud, por muy dañada que esta se encuentre.
La fuerza lumínica que genera la repetición de los nombres sagrados de Dios en el lenguaje Hebreo propicia cambios sustanciales en nuestra cotidianidad. Produce un ajuste en los códigos de información de nuestra estructura molecular y nos acerca más a la fuente central de luz (el reino de Dios).
En nuestras células se encuentra codificado el nombre de dios Yud Hei Vav Hei ( no debe pronunciarse en voz alta, en todo caso se cambia la H por K, si lo vas a pronunciar, recuerda no se debe pronunciar el nombre de Dios en vano). Si lo repites todos los días durante tres horas y media personas con enfermedades terminales o incurables, puede propiciar una recuperación en su salud. Esto debido a que al ejercitar la fuerza de nuestro verbo con la vibración del lenguaje y con nuestra atención centrada en Dios se generan corrientes ultralumínicas que eliminan la entropía ( caos) en nuestras células.
 Si eres una persona sana repítelo todos los días 15 minutos y experimentarás procesos de ajuste y adaptación energética con la frecuencia fotónica (energía que llega a nuestro sistema desde Alción, nuestro Sol central). Esta frecuencia requiere ajustes en la vibración que emanamos de nuestro cuerpo para absorber todas las ventajas positivas para nuestra vida.
Si observas en este momento tu vida y notas que te fatigas fácilmente, te falta la respiración, tienes jaquecas continuas, mal humor, quiere decir que no tienes la frecuencia idónea para recibir la carga fotónica positiva que existe en el ambiente. Por eso es importante realizar ejercicio físico, mental y espiritual. Una de estas herramientas es la repetición en conciencia y con la clara intención de que la cualidad que se representa en cada uno de los nombres se genere en ti.
Hazlo con amor, honra su poder y date tiempo. Puedes repetir rondas de 12 veces mínimas de cada nombre y al final de cada repetición di:  “Ain soph”, la fuerza del espíritu santo; que le da asiento a cada repetición.”
Tomado de la web.

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